La fascitis plantar es la principal causa de dolor en el talón y en el arco del pie, y provoca un gran número de casos de incapacidad laboral. Causa dolor punzante en el talón con los primeros pasos en la mañana, que disminuye con el movimiento.
¿Qué es fascitis plantar?
La fascitis plantar se ha descrito comúnmente como una inflamación de la aponeurosis o fascia plantar del pie.
La fascia plantar es una estructura plana y fibrosa, formada por tejido conectivo, que se sitúa en la planta del pie. Tiene su origen en el calcáneo (hueso del talón), y llega hasta las falanges de los dedos. Su función principal es sostener el arco plantar y estabilizar el pie al andar, correr o estar de pie.
La fascia plantar actúa a modo de tendón, amortiguando y transmitiendo la tensión a que es sometido el pie. Si dicha tensión es demasiado elevada, puede dar lugar a microrroturas que degeneran la fascia progresivamente.
La fascitis plantar es la principal causa de dolor en el talón y en el arco del pie, y provoca un gran número de casos de incapacidad laboral. Además, limita las actividades deportivas, de ocio y de la vida diaria.
¿Por qué se denomina fasciosis plantar en la actualidad?
En realidad, aunque su propio nombre indica que se trata de una inflamación (“-itis” es inflamación en griego), se trata de un proceso degenerativo de la aponeurosis plantar, que afecta en mayor medida a personas con pies planos, que pasan muchas horas de pie.
Al igual que os comentamos en la entrada “¿Por qué ya no se llama tendinitis a las lesiones del tendón?”, en la gran mayoría de casos, se observa una degeneración del tejido sin inflamación.
¿Qué síntomas provoca la degeneración de la fascia?
Comúnmente, causa dolor punzante en el talón que suele aparecer con los primeros pasos en la mañana. A medida que te levantas y te mueves, el dolor disminuye, pero puede retornar después de largos períodos de pie o cuando te pones de pie tras un período sentado. Y, es importante recalcar, que el dolor suele empeorar después del ejercicio, no durante este.
Los síntomas pueden comenzar en cualquier momento, pero normalmente hay un episodio de sobrecarga que pone de manifiesto el dolor y la incapacidad.
En fases avanzadas, el dolor empeora con la actividad física o la impide por completo. Además, hay una incapacidad para la dorsiflexión (andar de talones), y para despegar el pulgar del suelo.
¿Existen factores de riesgo para el desarrollo de fasciosis plantar?
Efectivamente, algunos factores como la edad, el deporte practicado, la actividad laboral, la forma del pie o el sobrepeso, pueden aumentar el riesgo de degeneración de la fascia plantar.
- Edad: es más común entre los 40 y 60 años de edad, por un mayor riesgo de degeneración de los tejidos y mayor dificultad de reparación del colágeno
- Deporte: las actividades con impacto repetitivo, como correr, bailar ballet o jugar a baloncesto, pueden provocar microrroturas en la fascia
- Mecánica del pie: los pies planos, con excesivo arco o, una mala biomecánica de carrera, afectan a la distribución del peso, solicitando en exceso la fascia
- Obesidad: el exceso de peso provoca mayor tensión sobre las articulaciones y estructuras estabilizadoras, como la fascia
- Trabajos de pie: pasar largas horas de pie somete a la fascia a una tensión mantenida que puede provocar la degeneración del tejido
¿Cuál es el tratamiento de elección de la fascitis plantar?
El tratamiento varía en cada caso, en función del mecanismo de lesión, el estado de la fascia, la localización del dolor, el nivel de actividad física y el deporte practicado. Pero, fundamentalmente, debemos disminuir el dolor, mejorar la estabilidad del pie, fortalecer la musculatura que sostiene el arco plantar y, en general, la musculatura de las piernas.
Los tratamientos pasivos como la terapia manual, la diatermia o la EPI®, ayudan a reducir el dolor a corto plazo.
Pero, para adaptar la fascia a la carga y evitar recaídas, es fundamental desarrollar un programa de ejercicio.
Los objetivos principales serán:
- Mejorar la dorsiflexión del tobillo
- Fortalecer analíticamente la musculatura implicada: fundamentalmente el tibial posterior que es el principal músculo que sostiene el arco plantar
- Estabilizar el tobillo y el pie
- Fortalecer las piernas
- Readaptar el gesto deportivo
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